Foto: Museo Nacional de Escultura

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Inventario CE0559
Clasificación Genérica Escultura
Objeto/Documento Escultura de bulto redondo
Autor/a Anónimo
Título San Andrés Apóstol (título anterior); San Serapio
Materia/Soporte Madera
Postizo: Bronce [Corona]
Vidrio [Ojos]
Cuerda [Ataduras]
Tejido [Paño de pureza]
Técnica Tallado
Policromado
Incrustación
Encolado [Tejido]
Dimensiones Altura = 52 cm; Anchura = 31 cm; Profundidad = 22 cm
Figura: Altura = 42 cm; Anchura = 27 cm; Profundidad = 10 cm
Peana: Altura = 10 cm; Anchura = 31 cm; Profundidad = 22 cm
Descripción Sobre una peana que imita mármol se dispone una cruz de troncos a la que esta atada una figura masculina semidesnuda y barbada. El personaje así representado estuvo identificado como san Andrés, ya que este apóstol fue crucificado, según la tradición, hacia el año 60, en una cruz aspada que se convierte en su atributo característico. Sin embargo, la herida que desgarra su abdomen permite reconocerlo sin dudas como San Serapio, monje de la Orden de la Merced que fue martirizado en el mismo tipo de cruz y al que le sacaron los intestinos enganchados a un torno. La confusión se explica tanto por la total ausencia de referencias a su condición de mercedario como por la utilización de un modelo iconográfico propio de las representaciones del apóstol.
Este tipo de esculturas de reducido tamaño encuentran su espacio en oratorios privados o capillas monacales y son frecuentes en los retablos relicarios. En el siglo XVIII, con la llegada del Rococó y su preferencia por lo delicado, pequeño y exquisito, alcanzan su más feliz formulación.
Iconografia San Serapio
Datación 1750-1800
Contexto Cultural/Estilo Barroco español. Castilla
Clasificación Razonada Desde su ingreso en el Museo, la obra ha padecido confusión tanto en lo que se refiere al tema representado como a su atribución. Originalmente se adscribió a Francisco Salzillo pero, aún reconociéndose un origen levantino, se puso en duda esta hipótesis por advertir escasas semejanzas con su obra y se señaló a su padre el escultor Vicente Nicolás Salzillo por su relación con una figura suya de San Pío V. Rechazada esta atribución, debido a las diferencias existentes con otras esculturas del artista -importancia otorgada al volumen general de la escultura frente a los detalles sin apenas referencias a la anatomía-, últimamente se ha señalado como posible autor a algún maestro de la escuela barroca castellana.
Algo similar ocurrió respecto al asunto representado. En un principio se identificó al santo con san Andrés, hermano de san Pedro y uno de los primeros apóstoles llamados por Jesús, que predicó en Grecia, donde fue crucificado, según la tradición, hacia el año 60, en una cruz aspada (cruz decussata). Este es el modelo iconográfico del apóstol más común desde el siglo XIV, como demuestran las distintas versiones del episodio pintadas después por Rubens, Roelas o Murillo.
Sin embargo, la llaga que el santo presenta en el abdomen y de la que parecen emanar vísceras permite identificarlo con san Serapio, cuya biografía se basa en la tradición y en las leyendas mercedarias. Nacido, según unas en Londres, en el sur de Italia o en Sicilia, se supone su participación en las cruzadas de Tierra Santa; a su regreso viaja a España y acompaña al rey Alfonso en la guerra contra los musulmanes. Al poco tiempo de fundarse la orden de la Virgen de la Merced o Misericordia tomó el hábito de manos de san Pedro Nolasco y posteriormente le acompañó en la conquista de Mallorca por Jaime I. Marchó a Argel para liberar a cautivos intercambiándose por alguno de ellos, cumpliendo el cuarto voto mercedario y continuando su predicación en la cárcel, donde convirtió a judíos y mahometanos y realizó diferentes milagros. Se le martirizó en el año 1240 clavándole a una cruz aspada y abrasándole todo el cuerpo, mientras alababa a Cristo; finalmente le sacaron, como a san Erasmo, los intestinos con un torno. El tema de san Serapio será muy común sobre todo a partir del s. XVII.
La iconografía más común de san Serapio se reduce casi exclusivamente a tres modelos: el que se concibe como imagen de altar con sus atributos, es decir, vestido con el hábito mercedario, con la palma de martirio en la mano y con la cruz aspada a su lado; y otros dos que se refieren a su martirio, ambos proporcionados por Zurbarán: el que presenta al santo atado a la cruz en aspa, esperando el momento del martirio, y el que reproduce el momento en que le están sacando los intestinos con un torno que tendrá larga descendencia como demuestran dos grabados del siglo XIX, uno de Vicente Capilla, según dibujo de Vicente López, y otro de Luis Fernández Nesoret. Precisamente con éste último coincide el modelo que ofrece esta escultura y no es aventurado sospechar que la obra proceda de uno de los numerosos conventos mercedarios que tuvo la orden en España.
Bibliografía BAYÓN CARVAJAL, Gemma. San Serapio. En: URREA FERNÁNDEZ, Jesús(dir). Museo Nacional de Escultura VI: La escala reducida. Valladolid (m): 2008. pp. 44-45.

SÁNCHEZ-ROJAS FENOLL, María del Carmen. El escultor Nicolás Salzillo. Región de Murcia: 1977. p. 72.

WATTENBERG, Federico. Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Madrid (m): 1963. p. 263.

WATTENBERG, Federico. Museo Nacional de Escultura. Valladolid. Madrid (m): 1966. p. 72.

WATTENBERG, Federico. Museo Nacional de Escultura: Guía Breve. Valladolid (m): 1963. p. 17.
Catalogación Bayón Carvajal, Gemma
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